Hoy en día las
empresas que más dinero facturan son las que menos dinero aportan a los
estados, esto es un gran problema en las arcas de los países europeos y supone
perdidas muy elevadas. Para solucionar este problema los gobiernos están tratando
de imponerles unas tasas especiales a estas grandes multinacionales. En este trabajo vamos a tratar de analizar este gran problema
desde diferentes puntos de vista y desde distintas fuentes para poder llegar a
una conclusión, en la que aportaré mi opinión sobre este trascendental tema que
nos influye a todos.
Las empresas que más dinero ganan del mundo son, paradójicamente, las que, en proporción, pagan menos impuestos por sus beneficios. Y buena parte de estas empresas son multinacionales tecnológicas, casi todas ellas norteamericanas. Esto ya era así antes de la pandemia del Coronavirus, pero la tendencia se está acelerando. Hace algunos años, eran las petroleras las empresas que más ganaban, fundamentalmente las que se centraban en la extracción de crudo. Ahora, la demanda de combustible para el transporte está yendo a la baja, mientras la digitalización se acelera. Esto ocurre al mismo tiempo que los problemas fiscales de la Hacienda de todos los países se agravan.
Este escenario tiene alguna ventaja. Pensemos en
que hace no muchos años existía un negocio que eran los videoclubes y que ahora
lo que existe son plataformas on-line donde se pueden ver películas. Además de
la digitalización, se está produciendo un fenómeno de desintermediación y ambos
fenómenos llevan a la concentración de beneficios en menos actores.
Más allá de los problemas de competencia y de
desigualdad que todo esto puede producir, y de los que hablaremos en otra
ocasión, conviene preguntarse qué influencia tiene todo esto en la financiación
de los Estados. ¿Pagan muchos impuestos las grandes multinacionales por sus
beneficios? Y ¿Dónde pagan estos impuestos estas grandes multinacionales? Les
anticipo las respuestas: No, no pagan muchos impuestos, al menos según los
datos que tenemos, y lo que pagan lo hacen en el «país de nunca jamás», es decir
en «territorios de baja o nula tributación» y no en los Estados dónde se
generan estos beneficios.
Para demostrar con datos todo esto, tomemos el
caso de las multinacionales norteamericanas. Lo que resulta curioso es que solo
tres estados europeos acumulan casi todos estos beneficios. Así, estas
multinacionales ganaron 224.519 millones en Irlanda, 216.590 millones en
Holanda y 148.867 millones de dólares en Luxemburgo: entres los tres estados
representan el 76% de los beneficios en Europa, al menos según declaran las
propias empresas.
Para que nos hagamos idea de que estas
declaraciones de las propias empresas no tienen nada que ver con la economía,
toda la producción de Luxemburgo, todo su PIB fueron 70.000 millones de dólares
en 2018, menos de la mitad de lo que dijeron haber ganado allí las
multinacionales norteamericanas. Y en Luxemburgo operan multinacionales de
otros países, no solo norteamericanas.
Eso sí, las multinacionales norteamericanas
pagaron en estos tres estados una tasa de imposición efectiva bastante escasa:
el 3,17% en Irlanda, el 2,71% en Holanda y el 1,08% en Luxemburgo.
Las
grandes tecnológicas mundiales, Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft
—conocidas bajo el acrónimo de GAFAM— pagaron menos por el impuesto de
sociedades en España pese a ganar más, según figura en las últimas cuentas
registradas del ejercicio fiscal terminado en 2017. Este hecho muestra la
enorme dificultad de Hacienda para hacer tributar más a estas corporaciones,
que se sirven de sus estructuras en otros países para reducir, de forma legal,
su factura fiscal.
Las
filiales españolas de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft declararon
beneficios netos de 36,3 millones, lo que supone un aumento del 11% respecto al
ejercicio precedente. Abonaron al fisco español 31,7 millones de euros en
concepto de impuesto de sociedades, un 8% menos que el año anterior, cuando
liquidaron 34,4 millones de euros, según los datos de las cuentas anuales
depositadas en el Registro Mercantil.
Negocio
digital.
La actividad de estas empresas está basada en la economía digital, el uso de
datos, la publicidad online o la propiedad intelectual, y dejan obsoleto el
tejido tributario actual. La estrategia que estos gigantes tecnológicos siguen
en España es similar a la que utilizan en otros países. La Comisión Europea y
organizaciones como la OCDE han mostrado su preocupación por los agujeros por
los que se escapa la economía digital.
Básicamente
estas empresas trasladan el grueso de sus beneficios a países con un
tratamiento fiscal más beneficioso, como Irlanda, Holanda o Luxemburgo. Para
ello, establecen sus sedes europeas en estos países y de ellas cuelgan las
filiales del resto de los países.
De
una forma parecida, Google movió 20.000 millones de euros de beneficios de sus filiales
europeas a través de una sucursal holandesa hacia Isla Bermuda para eludir el
pago de impuestos. En 2017, Apple fue condenada por la Comisión Europea por pagar
unos 13.200 millones de euros a Irlanda por ayudas fiscales concedidas, que
Bruselas consideró injustas. El Ejecutivo comunitario también ha obligado a Amazon
a devolver 250 millones a Luxemburgo por beneficiarse de unos acuerdos
tributarios que infringían la legislación comunitaria.
Sin embargo teniendo en cuenta los datos hay personas que afirman que imponer estas tasas, provocará que España se quede atrás en un mundo cada día más globalizado como el que vivimos hoy en día.
Por último también vamos a analizar un artículo del ABC que nos advierte que estas tasas también pueden afectarnos.
A mediados de enero, el Gobierno aprobó dos nuevos impuestos, entre ellos, el denominado como «tasa Google» que recae sobre determinados servicios digitales con un gravamen del 3% a partir de los ingresos obtenidos por publicidad en internet, los servicios de intermediación en la web y la venta de datos personales generados a partir de la huella que dejan los usuarios al navegar por la Red.
Esta tasa con la que el Gobierno espera recaudar unos 1.200 millones de euros solo afecta a multinacionales tecnológicas que facturen más de 3 millones de euros en España y 750 millones en el resto del mundo, por lo que no incidirá de forma directa en las pequeñas y medianas empresas. Este nueva tasa recae sobre grandes compañías tecnológicas, como Uber, Amazon o Telefónica.
La nueva tasa digital - no exenta de polémica- genera rechazo y aceptación a partes iguales. Las patronales tecnológicas Adigital y Ametic han criticado duramente las proyecciones de recaudación del Ejecutivo y aseguran que no salen las cuentas. «La estimación de 1.200 millones no sabemos cómo se ha hecho» indicó la directora general de Ametic, María Teresa Gómez, durante la presentación de un estudio de PwC que analiza las repercusiones de este impuesto. Por su parte, el director general de Adigital, José Luis Zimmermann, tildó la cifra de «enormemente ambiciosa» y de carecer de «mucho sentido», a la vez que recordó que en base a la propuesta de la Comisión Europea, las previsiones apuntan a que España recaude unos 600 millones de euros, la mitad de lo calculado por el Gobierno.
Además, en dicho estudio se afirma que la norma afectará de forma indirecta a pymes y consumidores de nuestro país. «No puede ser que España sea el único que regule por su cuenta cuando las dudas sobre el diseño técnico y la recaudación son tan grandes», indicó tajante Gómez. Así, del informe elaborado por PwC se extrae que las grandes plataformas de comercio digital acabarán repercutiendo el coste del impuesto al cliente ya que verán mermados sus beneficios en hasta 562 millones de euros y por ende, los clientes pagarán hasta 665 millones de más por la compra de los bienes y servicios gravados, es decir, 30 euros por cada consumidor digital.
Pese a ello, algunos expertos consideran necesaria esta revisión fiscal. «La economía digital localiza sus beneficios en territorios de muy baja tributación, dando la espalda a las arcas públicas de los países donde están sus clientes y donde venden sus servicios», asegura el profesor de EAE Business School Daniel Vaccaro. En este sentido, Vaccaro remarca que los usuarios son contribuyentes además de consumidores. «No hay que olvidar que el ciudadano medio dedica una parte cada vez mayor de su salario al pago de servicios digitales ofrecidos por empresas cuyos beneficios no tributan en nuestro país».
Vaccaro también duda de que la tasa Google acabe perjudicando al cliente de las plataformas de comercio electrónico.
Europa retrasa su aplicación
España ha decidido ser la primera en seguir adelante y en solitario con la aprobación del impuesto a los servicios digitales después de que la Unión Europa optara a finales del año pasado por retrasar la entrada en vigor de este tributo como mínimo hasta el año 2021. En Bruselas buscan tener todo bien atado y alcanzar el consenso entre sus estados miembros e incluir el criterio y las recomendaciones en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Ante las dificultades para alcanzar un pacto el pasado diciembre, Francia y Alemania plantearon una propuesta de mínimos que contempla que solo se grave la facturación por servicios publicitarios. Los países de la UE también optaron entonces por ampliar hasta marzo el plazo en que esperan que este impuesto sea aprobado por la mayoría de estados miembros. En la actualidad, existe una fuerte división en el seno de la UE con un grupo de países en contra -Irlanda, Suecia, Finlandia y Dinamarca- y un segundo bloque formado por Francia, Alemania, Italia y España.
Conclusión personal.
En mi opinión las grandes multinacionales digitales como Microsoft o Apple no pueden estar pagando tan pocos impuestos, por lo que veo bien que se tomen medidas. Sin embargo no podemos permitir quedarnos atrás digitalmente hablando y que las compras que hagamos mediante la red se encarezcan, ya que es un recurso de mucha utilidad, por lo que creo que las tasas deben revisarse y que Europa haga una norma común para todos los estados. Lo que en mi opinión esta mal es que haya estados dentro de Europa que sean paraísos fiscales para estas grandes empresas ya que entonces es muy difícil imponer estas regulaciones y que las empresas cumplan.
BIBLIOGRAFÍA:
fuente artículo Eleconomista.es
Fuente video explicativo tasa Google
https://www.youtube.com/watch?v=TS-jp6Sov1Q
fuente artículo El País
https://elpais.com/economia/2019/03/23/actualidad/1553356818_774885.html
Fuente video crítica
https://www.youtube.com/watch?v=dh0thpvx4ak
Fuente artículo ABC
Fuente primera ilustración
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